EE.UU. Marzo del 2012. (Agencia
Internacional de Noticias RT). Las
manifestaciones de Ocupa Wall Street estallan con nueva fuerza tras la
aprobación de una polémica ley que, entre otras cosas, prevé hasta diez años de
cárcel por una protesta pacífica. Según los activistas, esta medida amenaza la
libertad de expresión.
10
años de cárcel por protestar
El
pasado mes de febrero en EE. UU. el presidente aprobó y firmó la controvertida
ley HR 347, bautizada ya por los estadounidenses como 'Goodbye, First
Amendment' ('Adiós, Primera Enmienda'). Según la nueva norma, queda prohibido
para toda persona cualquier demostración de protesta y la participación en todo
tipo de manifestaciones. La ley establece un castigo de hasta 10 años de cárcel
para quien a sabiendas entre o permanezca en cualquier edificio o terreno sin
la autorización legal del Gobierno. También se puede acabar tras las rejas si
otra persona denuncia que se tiene la intención de protestar.
Para
acercarse al presidente de EE. UU. o cualquier otro político, una persona común
y corriente necesitará un permiso especial. La ley incluye como delito la intención
de impedir o perturbar lo que es el desarrollo de las funciones normales del
área privada o del Gobierno.
De
hecho la HR 347 puede reprimir cualquier protesta en cualquier lugar como, por
ejemplo, en eventos deportivos o la próxima reunión del G8 en Camp David, o
cuando se desarrollen reuniones bilaterales en Estados Unidos. Según los
críticos, la controvertida ley restringe la libertad de expresión y podría ser
usada en contra de aquellos manifestantes que el Gobierno determine.
¿Nacimiento
de una dictadura?
Con
dicha medida el Gobierno de EE. UU. demostró que la protesta contra las elites
mundiales o nacionales podría ser castigada por el código federal. ¿No será la
respuesta del Gobierno a las protestas de Ocupa Wall Street que tomó una de las
plazas de Nueva York en septiembre del pasado año, impulsando un amplio efecto
en todo el país?
La
HR 347 ha levantado una gran polémica en la sociedad estadounidense. Cientos de
miles de personas, que prácticamente sienten que les han callado su voz, protestan
contra la ley. Desde el pasado 12 de marzo en la capital estadounidense,
Washington, grupos de manifestantes se han reunido para ocupar DC McPherson
Square y que esta ley sea inconstitucional. Los participantes de la acción se
han tapado la boca con cinta adhesiva para criticar los pasos del Gobierno. Los
medios estadounidenses apenas han cubierto el evento.
Para
los manifestantes la situación es clara: el proyecto de ley HR 347 no es nada
más que una evidente definición de autoritarismo, una flagrante violación y un
grave ataque a los derechos otorgados por la Primera Enmienda a todos los
ciudadanos de EE. UU.
Los
activistas, igual como el analista Carlos Montes, afirman que esta enmienda
demuestra la hipocresía de la Casa Blanca, que alaba protestas democráticas en
otros países. En cambio, las reprime en el propio territorio de Estados Unidos.
A
su vez, el activista Mariano Muñoz cree que este decreto está dirigido contra
la creciente actividad política de la población, que se registra en vísperas de
las elecciones presidenciales de noviembre.
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