viernes, 23 de diciembre de 2011

DEL DIRECTOR


Lo ocurrido hace días en el centro de la población de Tecpan, fue considerado  por propios y extraños, como una autentica violación a la autonomía del municipio libre. Por dos cosas. PRIMERO, porque a los modestos policías  que por algunas horas estuvieron detenidos se les dio el trato peor que a delincuentes, y SEGUNDO, por  el trauma psicológico  que se dio a la población con el sobre-vuelo de helicópteros en  el casco de la ciudad simulando  el inicio de una batalla bélica. Lo peor de todo, es que ninguna autoridad local lanzó una protesta de agravio como debería ser, ante la autoridad que ordenó esta violatoria acción que muchos habrán de recordar, por el método violatorio a cualquier ley o reglamento  que nuestra Constitución consagra.
Sin embargo, las cosas no pararon ahí, porque después de varias horas de intimidación psicológica, los 28 elementos policiacos del municipio que se les dio trato peor que a delincuentes, quedaron  en absoluta  libertad, con un “Usted dispensen”, a pesar que contra ellos se cometió el delito de Privación Ilegal de la libertad, abuso de autoridad por quienes llevaron acabo la acción y hasta de Daño Moral, figura jurídica que ya se encuadra  como acto de agravio.
Nadie que este consiente de la situación de inseguridad que se vive hoy en día en el país y no solo en Guerrero, pudiera  tomar a mal estos métodos de investigación si así se le quiere llamar a esta canallada policiaca, pero de que los mandos medios engañaron a sus superiores, no queda la menor duda y lo menos que se pudiera hacer para borrar el desagravio de todo un pueblo,  sería pagarle con la misma moneda a quienes organización tal hazaña, porque la ley es clara cuando señala que.” Primero hay que investigar para detener y no. Detener para investigar”
Por la mañana del día en que ocurrió esta lamentable hazaña, nos tocó ver como personas de edad avanzada  corrían a protegerse –según ellas- de los helicópteros  que sobrevolaban el centro de Tecpan, con elementos fuertemente armados en los estribos, apuntando hacia abajo y  tapados de la cara con pasamontaña. Mientras  que familiares de los policías –-requeridos-, así se manejó el término,  no daban crédito a lo que estaban haciendo con sus seres queridos,  que en esos momentos, entregaban  el turno  de 24x24 que les había tocado trabajar. Es decir, así desvelados  de toda una noche y un día sin dormir, tuvieron que hacer frente a las puntadas de un jefe de mando medio, que al no encontrar ninguna evidencia de lo que querían saber, se    dejó en libertad a los 28 “detenidos” – igual como ocurrió hace tiempo en Michoacán, con un “Usted es dispensen”, únicamente”.
Si  nuestras leyes establecen que nadie debe hacer justicia por sus propias manos, es  entendible  que los medios legales hubieran sido, solicitar a la primera autoridad del municipio – si es que la hay-, la presentación de cada uno de estos elementos policiacos. Que no por ser de provincia  son mexicanos de segunda. Y  solo en el caso de alguna negativa, entonces si se hubiera actuado  de la manera en que se hizo. Lo demás aquí y en China  es  violatorio a nuestra Constitución, por el lado que se le  vea.       

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