Luis Alberto
Jijón/NOTYMAS
Chilapa de Álvarez,
Gro., julio 17 de 2014 (NOTYMAS).- La última vez que vio a su hijo era de noche, antes de
cruzar la puerta, él se giró hacia su madre y le dijo que volvería en unos
minutos, pero ya no regresó nunca.
Este martes, la madre de Francisco Benítez Ramírez marchó
por las calles de Chilapa de Álvarez para exigir la presentación con vida de su
hijo.
De origen indígena, baja estatura, pelo negro y largo, la
mujer caminó durante una hora por las calles ardientes y polvosas de la
cabecera municipal.
El pesar y la desesperación por la pérdida de su hijo fue
evidente en su andar, durante varias cuadras arrastró sus pies pequeños,
protegidos únicamente por unos guaraches de elaboración artesanal.
Su rostro es evidencia fidedigna del dolor, que externó
con llanto durante y después de la marcha. "Mi hijo está desaparecido y no sé
nada de él", comentó después a varios reporteros que se acercaron para
conocer su historia.
Su hijo, Francisco Benítez Ramírez, es un abogado de 28
años que presidía el grupo financiero indígena Matotlanejtikan Tomín, que en
náhuatl significa "Te presto dinero".
La noche del lunes 7 de julio, todo marchaba con
normalidad.
Cerca de las 9 de la noche, Francisco avisó a su madre que saldría para
cerrar la oficina, lo que le tomaría sólo unos minutos y regresaría de
inmediato a la casa.
Se despidió brevemente, abrió la puerta y salió. "Me dijo mamita ahorita vengo, pero ya
no regresó y yo lo sigo esperando", relata entre lágrimas la madre.
Esa noche se desató el infierno en las calles del
municipio indígena, enclavado en la Montaña baja de Guerrero.
Una serie de enfrentamientos entre grupos
antagónicos de la delincuencia organizada bañaron de sangre las calles de
Chilapa.
El saldo de dos días de enfrentamientos fue de 14 muertos
y al menos una decena de desaparecidos. Entre los desaparecidos está Francisco
Benítez Ramírez, quien tuvo la mala suerte de salir de su casa justo antes de
que se desataran los enfrentamientos.
Su madre relata las consecuencias de esa noche:
"Cuando hubo la balacera se llevaron a mucha gente, yo hasta la vez no sé
nada de mi hijo, él es un joven, es abogado, tiene una profesión y no hace
cosas indebidas, no se mete con nadie. Aun no sé nada de él, le llamó a su
celular pero no contesta".
La mujer, quien omitió su nombre por miedo a represalias
de la delincuencia, pidió clemencia para su hijo. "Yo soy una madre que necesita abrazar
a su hijo, quiero a mi hijo de regreso, le pido a las autoridades que por favor
lo busquen", expresó entre llanto.
De fe evangélica, la mujer busca ayuda en la religión, no
sólo para su hijo, sino también para los criminales que se lo llevaron:
"Le pido a Dios que me devuelva a mi hijo, que tenga misericordia de él y
que tenga misericordia de los delincuentes, que sean transformados, porque
solamente Dios puede cambiar a las personas por tanta maldad que han
hecho".
Al preguntarle si teme que su hijo ya no esté con vida,
la madre respondió: "Miedo no, si es preferible morir ni modo, si Dios así
lo permite, pero los malvados no son autores de la vida, Dios da la vida y el
la quita, él sabe cuándo". (NOTYMAS)