Nuestras críticas no llevan
el afán de ofender a nadie, simplemente recogemos el sentir de la población por
ser ésta la esencia básica de la que se debe alimentar cualquier medio de
comunicación o quienes practican esta noble actividad de informar a la opinión
pública.
De hecho, nosotros no
pretendemos enemistarnos con nadie, y si en alguna ocasión llegamos a herir la
sensibilidad de alguien o cometer algún error por el contenido inexacto de lo
que aquí se publica, además de que la ley nos obliga a aclarar cualquier duda, la ética que practicamos está por encima de
cualquier norma jurídica, porque pretendemos convertirnos al paso del tiempo,
en auténticos voceros de la OPINIÓN PUBLICA.
Cierto que nuestro MEDIO al
final de cuentas se convierte en negocio. Un negocio si, con todas las
obligaciones que marca la ley, solo nos faltaría agregar y eso va por cuenta.
Nuestro comportamiento de respeto hacia quienes nos leen, es tarea irrestricta
que buscamos salvaguardar cada que aparece la edición de nuestro modesto Medio
Informativo.
Por eso aquí no nos
avergonzamos de nada y tenemos la suficiente calidad moral para decir las cosas
como son, sin más respeto que a la vida privada y a la moral pública, porque
conocemos bien el camino. Sabemos bien donde andamos y hasta donde pretendemos
llegar, con el favor de nuestros lectores y de nuestros anunciantes.
Porque tenemos como primicia
fundamental respetar el criterio de cada persona. Nosotros no somos quien para
juzgar a nadie por lo que haga o deje de hacer, simplemente tratamos de ser
portavoz de quienes carecen de un MEDIO para hacerse escuchar ante cualquier
instancia de gobierno. Esa es la función social que desempeñamos y no la vamos
a cambiar por nada del mundo.