México. Noviembre del 2012. (IQCANCUN).- Al
señalar que es víctima de una "cacería de brujas", Gregorio Sánchez
Martínez volvió a desafiar al presidente municipal Julián Ricalde Magaña a
demostrar sus acusaciones sobre el supuesto desvío de recursos públicos de 299
millones de pesos en un "tribunal del pueblo" que se instalará en la
Plaza de la Reforma el próximo 12 de diciembre.
El
reto de Gregorio Sánchez se dio luego de que el alcalde Ricalde Magaña declaró en fechas recientes que no había ninguna razón para debatir ya que todo está en manos de las
autoridades competentes y de que el dirigente estatal del PRD, Emiliano Ramos,
lo calificó de "incoherente".
Acompañado
del diputado Alejandro Luna, Gregorio Sánchez sostuvo que es totalmente
inocente y lo va a demostrar con documentos y pruebas en el debate del 12 de
diciembre, por lo que invitó a su sucesor a hacer lo propio y de manera
independiente a las autoridades "porque los asuntos municipales son
públicos y deben debatirse públicamente".
Para
ello se erigirá un “tribunal del pueblo” al que invitará a dirigentes de
partidos políticos de izquierda, líderes sociales, ciudadanos “y a todos
aquellos que amen el municipio”, pero adelantó que si se no le permite utilizar
la Plaza de la Reforma lo hará en una sede alterna aún por definir.
Sobre
los 229 millones de pesos, Gregorio Sánchez aclaró que “el Congreso los aprobó
mediante el Decreto 166 para pavimentación de calles y el dinero entró a las
arcas municipales cuando yo ya no era presidente municipal, había pedido
licencia hacía diez días y según el estado de cuenta bancario el dinero estaba
intacto el 17 de mayo pero el 9 de abril del 2010 yo estaba preso en una cárcel
de máxima seguridad en Tepic, Nayarit … Yo soy el primero en preguntar qué paso
con ese dinero”.
Al
asegurar que no acordó ninguna tregua con consejeros y líderes del PRD, que no
renunciará a su militancia en el PRD ni teme enfrentar un proceso de expulsión,
Sánchez Martínez adelantó que tomará medidas legales ante la posible
inhabilitación para ocupar cargos públicos y no cederá ni un ápice en su
defensa.