viernes, 31 de julio de 2015

Enrique Castro Soto

Juan López

Es elemental a la democracia que los partidos políticos que en el escenario público compitan por la preferencia electoral, tengan los suficientes matices sociales que los actuales requisitos le imponen a los que se proyecten para participar como líderes de alguno de los institutos que navegan en las aguas procelosas de la gobernación.

En muchas ocasiones se nos olvida, tanto a los aspirantes de la más diversa índole, como a la misma sociedad en general que toda participación activa y militantemente en política lleva solamente un objetivo: procurar obtener el poder. Si un membrete de cualquiera que sea su filiación partidista, de lo único en que se preocupa es en conquistar posiciones plurinominales, regidurías de consolación y  franquicias con prerrogativas burocráticas por su participación leal, electoral, dicho núcleo político está condenado a sobrevivir como un profesional o un  simulador o un  aliado incondicional de cuanta necesidad circunstancial le solicite el gobierno y, apto para aquellas ocurrencias que requieran los otros poderes. 

La personalidad de Enrique Castro Soto: hombre político de gran calado en la oposición, significa que para su proyecto de dirigir en Guerrero al Partido de Acción Nacional se trata de un asunto que detesta la falsedad y el fingimiento. Es un personaje serio, ecuánime, formal, incorruptible, con una juventud experimentada pues, desde muchacho ha bregado en las lides azules en Guerrero y posee buen entrenamiento en la formación del servicio; actúa como un servidor público sin artimañas y con la idea moderna del pluralismo político ha trabajado en gobiernos distintos, siempre con resultados tan acertados que le han valido el reconocimiento de su generación.

El otro requisito que hemos observado en la trayectoria pública de Enrique Castro Soto es lo competente y ágil que ha resultado su desempeño en los espacios administrativos donde ha fungido como titular del Registro Agrario Nacional, la delegación en Guerrero de la Procuraduría Federal de Defensa del Consumidor, así como de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno del Estado.

 Cuando las informaciones comenzaron a rolar en el sentido de que Enrique Castro Soto es uno de los probables dirigentes del PAN, en la próxima revisión y renovación de dicho partido en el Estado, nos complace que se haya escogido a tan distinguido guerrerense para conducir por el siguiente período a Acción Nacional.

No se incursiona en la política si no se tiene siempre pendiente que es desde el poder público y económico por ende, desde donde se pueden enderezar las obras y servicios sociales que sirvan como beneficios hacia las mayorías ciudadanas. El PAN ya experimentó la responsabilidad de presidir la República, pero también los actuales panistas saben que si los errores son mayores que los aciertos, y si la frustración le gana al optimismo, quien tiene la última palabra en la razón de México, es el ciudadano elector, quien con una simple papeleta en la urna, puede cambiar el rumbo de la administración. A Enrique Castro Soto le han tocado en sus cometidos gubernativos diversas etapas de la última década. Sabe que en política se triunfa con dedicación, diligencia y esmero, virtudes que le son propias.

    PD: “Si la montaña no viene a ti, tú ve a la montaña”: Mahoma.


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