Presentan dos casos
de reducción de tumores y mejoría de la calidad de vida en
pacientes infantiles
Cuba.
octubre del 2012. (Revista Protocolo). Recientemente este país presentó
por primera vez en público dos casos de reducción de tumores cancerígenos y
mejoría de la calidad de vida en pacientes que durante un periodo de su
tratamiento sólo recibieron un medicamento de origen natural, extraído del
veneno de alacrán.
“El uso de una solución natural de veneno del
escorpión Rhopalurus junceus mejora la calidad de vida de los pacientes con
tumores cerebrales, disminuye la lesión y es seguro”, informó la doctora Niudis
Cruz Zamora, en un informe de investigación al segundo congreso del Grupo
Empresarial de Producciones Biofarmacéuticas y Químicas (Labiofam), que sesionó
en La Habana recientemente.
Tras la aplicación del medicamento “no se reportó
ninguna reacción adversa”, señaló la doctora Cruz Zamora, especialista de
primer grado en medicina integral.
Los casos son los de un niño y una niña que fueron
atendidos en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez de La Habana, con
tumores de tallo encefálico (un astrocitoma grado dos y un glioma difuso,
respectivamente).
Esos casos “se consideran entre los más agresivos en
la población pediátrica y tienen mal pronóstico”, informó al auditorio la
doctora Martha Caridad Ríos Castillo, especialista de segundo grado en
neurocirugía, también ponente en el reporte.
Labiofam estudia la toxina, con la cual produce un
medicamento homeopático. Desde hace una década su equipo médico atiende a
pacientes de cáncer y ha informado de casos de supervivencia y reducción del
dolor al emplearse la sustancia junto con el tratamiento convencional.
Sin embargo, los médicos de Labiofam no habían
reportado hasta ahora una experiencia en la cual se confirmara la reducción del
tumor y una mejoría en la calidad de vida relacionadas con el empleo del veneno
como único agente anticancerígeno durante un lapso del tratamiento.
Las especialistas que hablaron al congreso explicaron
que el tipo de tumores de los casos de estudio representa entre un 10 y un 20
por ciento de los que afectan al sistema nervioso central en menores, en
particular entre los seis y los diez años de edad.
La sobrevida depende del lugar de la lesión. En el
tallo cerebral el horizonte es de entre seis meses y un año a partir del
diagnóstico. El tumor puede alcanzar un gran tamaño antes de producir los
primeros síntomas, por lo cual el tratamiento suele aparecer en forma tardía.
De acuerdo con el informe, el primer caso es el de un
niño de cinco años de edad con antecedentes de buena salud hasta mayo de 2011,
cuando mostró dolores de cabeza, náuseas y vómitos.
Se le atendió como una meningoencefalitis viral y tuvo
una ligera mejoría, pero luego empeoró. Se le internó en el hospital en
septiembre de 2011. Estaba somnoliento, inestable y caminaba en zigzag. Se le
descubrió el tumor e hidrocefalia. Recibió medicación para los efectos
colaterales, dos meses de radioterapia y Cimaher (o Nimotuzumab, un anticuerpo
monoclonal humanizado).
A lo largo del tratamiento, el niño tuvo diversas
reacciones secundarias. Se le administró sólo el veneno de alacrán entre
octubre de 2011 y abril de 2012.
Para observar su calidad de vida se usaron escalas que
miden de cero a 100 el desempeño de un niño (Lansky) y el de un enfermo de
cáncer (Karnofsky). En este caso, el paciente llegó con un Lansky de 30
(postrado en cama, requirió asistencia total) y un Karnofsky de 50 (necesitó de
gran atención en cama menos de la mitad del día).
Ahora sus indicadores han subido a un Lansky de 70
(algo de tiempo para el juego, con restricciones) y un Karnofsky de 80
(actividad normal con esfuerzo, con síntomas de la enfermedad).
La medición del tumor, según los distintos cortes de
observación, muestra disminuciones que en un caso llega a los diez milímetros
(de 32.4 a 22.1). En un video actual, el niño aparece con capacidad para seguir
un objeto con la mirada, mover a voluntad los músculos faciales, con algo de
fuerza en los brazos y puede caminar con ligeros desvíos.
Segundo caso
El segundo caso es el de una niña que llega al
hospital con 11 años, en 2008. Está cansada, le falta fuerza, tiene dolores de
cabeza y cae al caminar. La medicación para los colaterales es igual al caso
anterior. Además, tiene dos meses de radioterapia y una única dosis de
Nimotuzumab. Igual que el anterior, presenta reacciones secundarias. Se ha
mantenido durante tres años solamente con la solución del Rhopalurus junceus.
Llega con un Lansky de 50 (postrada parte del tiempo,
con algunas capacidades para valerse por sí misma) y un Karnofsky de 50
(requiere gran atención, en cama menos de la mitad del día). Sus indicadores
actuales son de 100 en ambos casos (normal, sin señales de la enfermedad en las
dos escalas).
En todos los cortes de observación del tumor hay
disminuciones del tamaño, en un caso de 17.9 milímetros (de 45.1 a 27.2). En el
video la niña aparece mostrando movimientos y reacciones normales. En el
congreso también se presentaron informes sobre otros cinco pacientes de cáncer
que mostraron mejorías con un tratamiento que incluyó la fórmula del veneno de
alacrán en combinación con otras terapias.
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