La gallinita de los huevos de oro/
Por Javier Ugalde/
Con eso de la violencia
desatada en las calles de Cancún, con ejecuciones a plena luz del día y ante la
mirada de decenas de gentes –como la ocurrida el pasado martes-, más la que se
vive de forma cotidiana en las colonias populares y adentro de muchos hogares,
la gallinita quiere ofrecer un punto de vista interesante sobre un factor que
se manifiesta como relevante como generador de violencia: La sexualidad.
La avecilla
retoma los conceptos que al respecto ofrece la doctora Ana María Arteaga, quien
es uno de los pocos especialistas en sexualidad humana que hay en Cancún,
titulada como Médico Familiar en la UNAM y realizó estudios específicos en
sexualidad cursados en la Sociedad Mexicana de Sexualidad Humanista Integral
(Somestri), además de que tiene diplomados en violencia de género, con
especialidad en violencia sexual y en colposcopía, para el diagnóstico de
cáncer servico uterino.
La doctora
Arteaga, advierte la gallinita, ofrece un análisis en el que liga el sexo con
la violencia, pues reconoce que la forma de ejercer la sexualidad tiene que ver
con la violencia que se vive cotidianamente, pero aclara que eso no es una
condición particular de Cancún o de las zonas turísticas de Quintana Roo,
debido a que en gran medida la inconformidad o insatisfacción de muchas
personas, tiene entre sus factores o causas, la sexualidad, de tal suerte que al
no haber una práctica sexual sana y adecuada, se genera malestar y frustración,
la cual puede ser compensada por medio de la violencia.
Todo esto se
da, añade, porque vivimos en una cultura represiva, que niega la sexualidad,
sobre todo en lo que se refiere a la parte del erotismo y el disfrute, lo cual
ocurre, porque las ideas que tenemos del sexo, derivan fundamentalmente de la
religión, de las ideas judías, en donde lo que se acepta es la sexualidad de la
procreación o reproductiva.
Por ello,
indica la especialista, la sexualidad placentera, la ligada al erotismo, no
existe, porque con esa forma de ejercer el sexo la religión está peleada, pues
la restringe o hasta la cancela.
Esto genera,
explica la doctora, que no haya educación sexual, que no haya información
suficiente ni en las familias ni en las escuelas para que las personas vivan su
sexualidad de manera responsable y placentera, y de esa manera puedan aceptar
de una manera respetuosa las manifestaciones de la sexualidad de los demás.
Es por ello
que mucha gente vive su sexualidad con culpa, con conflicto, tanto los que
tienen una orientación sexual como la de la mayoría, como los que no, lo que
quiere decir que no solamente los homosexuales tienen estos problemas, sino
también las personas heterosexuales, debido a que, por ejemplo, algunas
manifestaciones sexuales, como es el fetichismo, los heterosexuales lo ven como
perversiones o como algo malo; o incluso, practicas tan simples como la
masturbación, la gente la vive con culpa, porque así es como nos lo enseñaron;
igual ocurre con las diferentes posiciones sexuales, donde hay muchas personas
que algunas de éstas, no las aceptan y ello a la larga genera insatisfacción.
La avecilla
comparte los puntos de vista de la doctora Arteaga, quien además ofrece una
radiografía de la sexualidad de los cancunenses, la cual estima ella que podría
ser aplicable para los habitantes de las ciudades turísticas del Norte de
Quintana Roo, en donde el fenómeno migratorio vuelve a tener un papel
relevante.
Y la
gallinita vuelve a retomar a la especialista en sexualidad humana para explicar
esto. La doctora afirma que la manera como vive una sociedad su sexualidad,
tiene que ver con los índices de violencia. En el caso de Cancún hay una serie
de características propias, que no se ven en otras ciudades del país, como es
el hecho de que hay un mayor ejercicio de la sexualidad, lo que se da porque es
una población mayoritariamente joven, que vienen principalmente de lugares en
donde han vivido quizá con altos grados de insatisfacción, como es
principalmente el caso de los homosexuales, que es un grupo de personas que se
sienten rechazados y aquí llegan y tienen una mayor apertura de vivir la
decisión asumido para su identidad sexual.
Otra
característica, señala, es que hay mucha gente sola. Muchos hombres vienen
primero, aún siendo casados, para tantear el terreno y después traen a la
familia. Por ello, es una ciudad en la que hay más hombres que mujeres, lo cual
no es algo común.
Adicionalmente,
el hecho de que haya más jóvenes, aumenta los riesgos de que haya infecciones
de transmisión sexual, lo cual también tiende a tener un mayor grado de
incidencia, por el hecho de que se trata de un lugar turístico, donde la gente
llega a estar fuera del control que les genera sus círculos normales de
convivencia, y de esta forma suelen venir a alcoholizarse o a drogarse, lo cual
baja sus inhibiciones y ello incide en que estén más expuestos a encuentros
sexuales fortuitos y con poca o nula protección.
Otro hecho
relevante, explica la sexóloga, es lo de la sexualidad infantil. Este es uno de
los sitios que es conocido o reconocido por favorecer la utilización de los
niños para el comercio sexual, lo cual considera –y lo comparte totalmente la
gallinita- como un problema grave, que ha generado incluso ya varios
escándalos, como es el caso Jean Sucar Kuri, acusado y procesado por pederasta
y pornografía infantil.
Esas serían,
dice la especialista, las principales peculiaridades de este lugar en cuanto a
su sexualidad, aunque admite que es difícil demostrarlo de forma fehaciente con
estadísticas, debido a que no se habla de sexo y por ello es complicado tener
la certeza, pero si son características que pueden revelarse si se conoce la
condición social de la población de este lugar, dominado por inmigrantes.
Cree la
gallinita que es real esa relación entre la sexualidad y los grados de
violencia que no sólo hay en Cancún, sino en nuestro México de hoy, aunque
quizá sea un factor secundario en muchos casos.