RAUL
SUAREZ MARTINEZ
Sigue el debate del origen real del como y
cuando se instituye “El día Internacional de la Mujer”, lo que no está a debate
es el porque se decide crear un día como este que por cierto, no tiene nada que
ver con un concierto de felicitaciones ni festejos, mucho menos con conmemorar
ese día comercialmente. A diferencia del día de la mujer que se celebra en
México el 15 de febrero, (que aquí entre nos, dicen que es para terminar de
vender lo que no se acaba el 14) el 8 de marzo se reconoce la lucha que han
entablado miles y miles de mujeres en la conquista y defensa de sus derechos,
en todos los ámbitos. Desde el personal, pasando por el hecho de no ser
considerada objeto sexual o porque su roll en la vida no fuera solo el “de la
señora de la casa” obligada a saber cuanto vale un kilo de tortillas o de que
le prometan que en este sexenio producirán mejores telenovelas. El ámbito
laboral sigue siendo terreno de lucha para la mujer porque aun realizando el mismo
trabajo que el hombre hay muchos casos donde la remuneración no es pareja; en
lo que respecta al terreno político electoral, la lucha que la mujer ha dado
contra la idea de que solo los hombres tenían derecho a participar en ese
ámbito es descomunal, la izquierda sobretodo ha sido factor fundamental para
que los derechos de las mujeres en política sean respetados, es una lastima
que, la intención original de la izquierda para abrir espacios a mujeres que
venían desarrollando política de mujeres se haya desvirtuado, en la actualidad
ya no cuenta el hecho de tener posiciones a favor de la lucha de la mujer, no
lleguemos al extremo de decir política feminista, tan solo conformémonos con
decir política hacia las mujeres. Hoy los espacios electorales se han ocupado
para tener en la “reserva de la casa” a una mujer para ponerla, por si “nos
toca pagar” con genero (mal interpretado también el termino). Esta situación ha
denigrado el propósito inicial de que mujeres valiosas ocuparan espacios de
representación, porque hoy, la mayor parte de las que acceden a estas
posiciones, en su vida han tenido una participación activa en la lucha de los
derechos de las mujeres.
Por eso cuando hoy pretendan “felicitarte”
por ser el Día Internacional de la Mujer, diles no me felicites, mejor lucha
conmigo para que sea respetada como mujer, como trabajadora, como indígena que
lucha por el respeto a sus orígenes, como hacedora de política, de una política
diferente. Mejor dile a quien pretenda festejarte, no olvidemos el festejo, pero
todavía hay muchas taras que vencer para ponernos a festejar algo, desde el
derecho a una vida plena, el derecho a decidir sobre su cuerpo, el derecho a
ser mujeres.
Los derechos no se pelean en porcentajes o
como cuotas, lo derechos se pelean y se ganan para ejercerlos plenamente, pero
sin dejar los demás ámbitos de la vida, los espacios que las mujeres van
ganando, deberían de servir para preparar el terreno para que otras mujeres
tomen la batuta y sea esta una cadena de solidaridad femenina. Algo que en
todos los ámbitos se va perdiendo. Este 8 de marzo, un día de lucha no un día de
festejos, es un día para recordar como miles de mujeres han caído en la
búsqueda de un mundo mejor, que en efecto, es posible.